lunes, 15 de julio de 2013

Un golpe de suerte contra el cristal o un arrebato de felicidad en medio de un callejon oscuro un martes de madrugada

Brindo por las noches estrelladas vistas desde un parque,
por los siglos de sonrisas que llenaste desde un escenario.
Desde ese escenario que siempre fue tu vida.

Parece que jamás llegamos a entendernos,
pero y lo que nos quisimos.
Brindo por los almuerzos de madrugada,
las copas de tarde
y los por si acasos llenando maletas.

Por el olor a pan y a vino.
Por las veces que sentados en un banco
no echabamos en falta ni un apice de cordura.

Brindo por la rabia contenida,
las pupilas dilatadas,
el sexo de una noche,
por los aqui te pillo aquí te mato
que siempre acarreaban sentimientos.

Por esas noches en las que nos tirabamos piedras a los balcones,
cosas de romanticos, supongo.
Por que el frio nos hiele las orejas,
por que estes cerca para darme mimitos,
por la mantequilla y la mermelada
que siempre eran testigo de lo mucho que te deseaba de buena mañana.
Por el cafe sin azúcar, 
los besos de despedida
y el chocolate amargo.

Por los cuentos de brujas,
que los de princesas ya no nos gustaban
o no los creíamos
o dejaron de ser una opcion factible. 

Nunca tuviste cara de principe,
pero juro que eras precioso.
Metido en tu jaula que eran tus apuntes,
bebiendo cafe en una taza azul metano
y fumando cigarrillos solo para echar el humo por la ventana.

Te hubiese atacado todos los dias de mi vida,
hubiese tirado los libros al suelo.
 
Brindo por las tardes de verano,
cuando llueve sin previo aviso
y nos empapaba de felicidad,
cuando chorreabamos hasta los besos que no nos llegábamos a dar,
hasta brindo por las gotas que se suicidaban contra nuestras ventanas solo por envidia,
solo por vernos disfrutar.

Y brindo finalmente por los finales felices,
las historias interminables
y los comienzos.

Por las dudas e inseguridades que teniamos antes de lanzarnos al vacio,
por el fin de los tiempos y el comienzo de nuevas eras,
por las sonrisas de lata,
de esas que guardas para los días tristes pero para las que nadie nos dio abrelatas
y por los gatos negros,
las escaleras y los andamios que sortearemos burlandonos de la mala suerte.

Ya no podiamos tener mas suerte en esa vida que poder brindar juntos y luchando contra todo pronóstico inalcanzable.

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