viernes, 16 de mayo de 2014

Hoy por mi, mañana por los dos

Brindar por los buenos tiempos
nos da la libertad de emborracharnos
por los  que vendrán después.



Tendrías que haberte visto llegar,
llevabas la cara de derrota inminente
más bonita del mundo
y la sonrisa metida en el bolsillo

Parece mentira que no lo sepas ya,
pero amistad es creerse un loco y ver que a tu lado nunca es suficiente.
Ver que contigo,
todo es más que suficiente.

Y bueno, tu sabes que yo te creo,
que guardé en una caja mi escepticismo y te vi obrar trucos de magia,
que brindé contigo las últimas veinte derrotas,
o al menos esas son las que recuerdo
y tuve que sentenciar a más de un pájaro extraviado
que había decidido enjaularse en cárceles más pequeñas que la tuya,
apelando que mejor.
Que así, yo tendría más espacio.

Hemos llorado juntos muy pocas veces.
En serio, muy pocas.
Tú no lloras.
Y quizás por eso sabes ser soporte.

Y hoy creo tener el derecho a decirte
que no existe mayor privilegio en esta vida
que ser fiel a uno mismo.

Que hay que ser muy valiente.

Que cuándo decidas luchar por algo
la gente te dirá que te estas agarrando a un clavo ardiendo.

Yo,
si te digo la verdad,
creo que lo importante es no soltarse.
Es quemarse sabiendo que mañana la costra será un trofeo.
Es buscar algo que te haga feliz y no dejarlo escapar nunca.

Valor es levantarse,
valor no es darle un golpe a la mesa o a una pared
Pero bueno, tu eso ya lo sabes.

Yo te he visto levantar imperios con un sonrisa
y arrastrar tempestades soplando.

Yo,
siempre fuí selva para guardaros a todos,
pero tu siempre fuiste el rey de los leones.
La fiera que observaba cual búho
y sabía cuándo y qué decir en todo momento.

Mi pequeño refugio.

Y justo ahí,
yo ví tu valor,
ese valor de león,
de fiera comedida,
aunque tu no lo sabes.


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