Yo nunca se lo que quiero,
pero siempre lo he tenido muy claro.
Tienes la capacidad de darle la vuelta al
mundo con solo sonreír.
De ponerlo todo patas arriba.
Creo
que alguien debía recordártelo.
Decirte que el mundo es un lugar terrible
cuando cierras los ojos y no nos ves,
mirándote.
Dime hasta donde hay que llegar para
volver a ser un crio.
Para ser ese niño que cuelga el paraguas
los días de lluvia
y se lanza a los charcos.
Este mundo es un lugar mas ambiguo si no
te tengo cerca.
No entiendo las salidas de emergencia que
tienes grabadas en el pecho,
no creo que nadie que haya sido capaz de
llegar hasta ti
se quiera marchar nunca.
Ponemos la radio y suena una de esas
canciones que solo conocemos los tristes,
es la segunda contradicción del día.
Apaga la luz,
vamos a dejarlo todo atrás por un
momento,
cierra la ventana,
deja que el día comience sin nosotros
a fuera.
- Prometo no romperme la cabeza nunca más
buscando porque dejamos de mirar al mismo punto -
Ahora cuando yo te miro
tú
siempre tienes los ojos puestos en tu
ombligo.
Como te odio cuando haces eso.
Cuando dejas de ser feliz porque el resto
esta triste.
Valías tanto cuando nos conocimos,
que verte,
así,
ahora,
me rompe el alma.
Y soy yo quien se coloca una salida de
emergencia en el pecho
y te devuelve el candado.
Este pañuelo ahora lo necesitas tú.
Sécate las ganas de romperme la ropa,
ya ha amanecido de nuevo y estas solo.
Y ahora eres tú quien pide que alguien
cierre la ventana
y el mundo empiece sin ti.
He dejado el hilo en la mesilla de noche,
cuando tengas el valor de coserte las heridas te estaremos esperando,
donde siempre.
Tienes la capacidad de dar la vuelta a mi
mundo
con solo sonreír.
Creí,
no se,
que alguien
debía recordártelo.
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